La fintech pionera lanza la primera representación digital de un bono soberano en Argentina y busca democratizar el acceso al mercado de capitales con tecnología blockchain, disponibilidad 24/7 y liquidez global.
Ripio, la compañía líder en infraestructura cripto de América Latina, marca un hito financiero y tecnológico: acaba de lanzar la tokenización del AL30, el bono soberano argentino de mayor volumen en la Bolsa local.
Desde el 15 de septiembre de 2025, los clientes de Ripio ya pueden comprar y vender tokens wAL30rd, que representan fielmente al bono AL30 en una proporción de 1:1, directamente desde la app y con la posibilidad de operar las veinticuatro horas, todos los días del año.
El alcance es regional: Ripio opera en ocho países y cuenta con más de 24 millones de usuarios, conectando empresas de peso como Mercado Pago, IOL Inversiones, OCA/Grupo Itaú Unibanco, Coinbase y Ripple.
La propuesta es contundente: los tokens wAL30rd replican las características esenciales del bono original, incluyendo la denominación en U$S, el vencimiento en julio de 2030 y el pago de intereses semestrales fijos con un cupón anual de 0,75%.
Pero la innovación va más allá de la réplica tecnológica; se incorporan ventajas del mundo blockchain, como la disponibilidad plena, costos de transacción menores y la posibilidad de transferir entre PSAV autorizados o redimir por el bono físico a través de ALyC, todo sin intermediarios adicionales y cumpliendo con la regulación vigente.
“Nos entusiasma esta iniciativa porque amplifica la distribución de valores negociables en Argentina y permite que gran cantidad de nuevos inversores puedan acceder al mercado de capitales de forma sencilla y transparente”, afirma Sebastián Serrano, CEO y cofundador de Ripio.
El entusiasmo es palpable, pero también lo son los argumentos: democratizar el acceso al bono AL30 rompe paradigmas en una economía donde la inversión abierta y la liquidez suelen estar reservadas para grandes operadores.
Enrique Yuste, VP of Product de Ripio, agrega: “Nuestra visión es convertirnos en el mercado #1 en Argentina de valores negociables tokenizados. Queremos ofrecer un producto superior, que se opera 24/7, con la seguridad y transparencia de la blockchain y la capacidad de transferir activos entre PSAV autorizados de forma ágil y a bajo costo”.
Yuste destaca que quienes mantengan tokens wAL30rd recibirán la liquidación de intereses en la stablecoin USDT directamente en la app, sin demoras ni incertidumbres típicas del mercado tradicional, convirtiendo el viejo y complejo proceso de cobro en una operación digital instantánea.
El lanzamiento se enmarca en la nueva reglamentación 1081 de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que habilitó la tokenización de valores negociables en Argentina y abre el juego para que otros instrumentos financieros sigan el mismo camino.
El impacto no es menor: mejora la liquidez del bono AL30 y multiplica las oportunidades para inversores, tanto institucionales como minoristas, que buscan dolarizarse o proteger activos en períodos de alta volatilidad.
Ripio habilita la compra de wAL30rd con cualquier criptomoneda o con pesos, y la flexibilidad en el canje por activos digitales o por moneda local refuerza la integración entre el ecosistema financiero tradicional y el cripto. Los argumentos son claros, los números también: más de 12 años de experiencia, 24 millones de usuarios y presencia activa en ocho países posicionan a Ripio en la vanguardia regional.
En un contexto económico donde la búsqueda de liquidez y alternativas de inversión sólida es prioridad, y en el que el capital y la innovación se convierten en herramientas para democratizar el mercado, la tokenización del AL30 por Ripio no solo marca el comienzo de una tendencia, sino el potencial de abrir el mercado de bonos soberanos a millones de nuevos actores. El futuro de la inversión argentina se digitaliza y, por primera vez, lo hace al ritmo de la blockchain y bajo reglas claras de la CNV.
La integración de lo tradicional y lo cripto ya es una realidad, y el AL30 tokenizado representa el primer paso hacia un mercado de capitales argentino más inclusivo, moderno y global.