La nueva regulación estadounidense sobre monedas estables, que supervisa un mercado de U$S 288.000 millones dominado por el dólar, encendió alarmas en Bruselas. En el debate, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo no descartan ahora utilizar blockchains públicas como Ethereum o Solana.
La Unión Europea decidió acelerar sus planes para lanzar un euro digital, en respuesta a la creciente competencia de las stablecoins estadounidenses. La medida llega pocas semanas después de que el Congreso de EE.UU. aprobara la denominada Genius Act, una ley destinada a regular el cada vez más influyente mercado de las monedas estables, cuyo volumen supera los U$S 288.000 millones y que tiene al dólar como moneda de referencia.
Según personas cercanas a las conversaciones en Bruselas, el avance estadounidense generó un clima de urgencia. “El rápido paso de la ley estadounidense sacudió a muchas personas”, reconoció una fuente europea. “Están diciendo: ‘Aceleremos, empujemos este proyecto’”.
Competencia monetaria en clave digital
Las stablecoins —tokens digitales respaldados uno a uno por divisas soberanas y activos como bonos del Estado— han proliferado en la última década, con compañías como Circle y Tether dominando el segmento de los tokens vinculados al dólar. Incluso gigantes bancarios como Citi y JPMorgan Chase evalúan sumarse al negocio con productos propios.
La preocupación en la Unión Europea es que este crecimiento acelere el uso global del dólar en detrimento del euro. Un funcionario explicó que, desde la aprobación de la Genius Act, los debates han cambiado de tono: “Está empezando a generar conversaciones que antes no estaban sobre la mesa”.
El Banco Central Europeo (BCE) trabaja desde hace varios años en una versión digital del euro que pueda utilizarse en toda la eurozona. La iniciativa cobra relevancia a medida que el uso de dinero en efectivo disminuye y en un contexto en el que otras regiones también avanzan en monedas digitales de banco central (CBDC). China lidera esta carrera con el yuan digital, mientras que el Reino Unido evalúa su propia libra digital.
Riesgos de dependencia del dólar
En abril pasado, Piero Cipollone, miembro del comité ejecutivo del BCE, advirtió que la promoción de stablecoins respaldadas en dólares por parte de Washington “plantea preocupaciones para la estabilidad financiera de Europa y su autonomía estratégica”. Según el economista, un escenario de expansión de estos tokens podría traducirse en “depósitos en euros trasladándose a Estados Unidos y en un mayor fortalecimiento del papel del dólar en los pagos transfronterizos”.
Actualmente existen algunos proyectos privados de stablecoins ligadas al euro, siendo la más relevante la de Circle, con una capitalización de mercado de U$S 225 millones, muy por debajo de sus pares denominadas en dólares. No obstante, la creación de un euro digital emitido por el BCE enviaría una señal contundente: Europa quiere blindar su soberanía monetaria en la era digital.
¿Blockchain pública o privada?
Uno de los debates clave dentro del bloque es si el euro digital debería operar sobre una infraestructura privada, como estaba previsto inicialmente, o en una blockchain pública como Ethereum o Solana. Esta última opción podría potenciar su circulación global, al permitir la interoperabilidad con otros tokens y sistemas descentralizados.
Sin embargo, el dilema radica en la privacidad. En blockchains públicas las transacciones son visibles, lo que genera resistencias en una región donde la protección de datos personales es prioridad. Aun así, una de las fuentes confirmó que usar plataformas abiertas es algo que los responsables “están empezando a tomar mucho más en serio ahora”.
Un funcionario involucrado en el diseño del proyecto sostuvo que, de mantenerse la concepción de una infraestructura privada, “el euro digital se parecería mucho más al modelo que impulsa China que a lo que están desarrollando compañías privadas en EE.UU.”.
El BCE, en declaraciones al Financial Times, aseguró que aún no se tomó una decisión definitiva y que se están evaluando “diferentes tecnologías —tanto centralizadas como descentralizadas— en el desarrollo del euro digital, incluyendo tecnologías de registro distribuido”.
El desafío por delante
Aunque todavía no hay fecha cierta para su lanzamiento, el mensaje es claro: Bruselas quiere que el euro digital avance más rápido de lo previsto para evitar quedar rezagada frente a la estrategia estadounidense. “Europa no puede permitirse depender en exceso de soluciones de pago extranjeras”, enfatizó Cipollone, marcando un tono de urgencia en la agenda comunitaria.
La pulseada por el liderazgo en las monedas digitales recién comienza, pero todo indica que el futuro del sistema financiero global estará marcado por esta competencia transatlántica.