El gigante japonés SoftBank se adentra en el mundo de las criptomonedas con una inversión en Twenty One Capital, un medio de compra de bitcoin que promete grandes retornos, pero también conlleva riesgos significativos. Detalles de la apuesta y sus implicaciones en el mercado.
En un movimiento que ha levantado cejas en el sector tecnológico y financiero, SoftBank ha decidido invertir en Twenty One Capital, un nuevo vehículo de inversión en bitcoin que busca salir a bolsa mediante una fusión con la empresa de adquisición de propósito especial (SPAC) Cantor Equity Partners.
Esta jugada, liderada por el CEO Masayoshi Son, refleja la audaz filosofía de inversión de un conglomerado que no teme asumir riesgos considerables, a pesar de los antecedentes de algunas de sus inversiones.
El miércoles pasado, un grupo de influyentes figuras del ecosistema criptográfico presentó Twenty One Capital, que controlará más de 42.000 bitcoins, equivalentes a aproximadamente U$S 4.000 millones. Este esfuerzo no solo implica una gran cantidad de capital, sino que también establece un modelo de negocio que se inspira en la exitosa estrategia de MicroStrategy, conocida por utilizar su capitalización bursátil para adquirir más bitcoins.
Este enfoque se basa en dos premisas fundamentales: la primera es que la capitalización de mercado de U$S 93.000 millones de MicroStrategy le permite utilizar sus acciones como «moneda» para financiar nuevas compras. La segunda, es que la volatilidad intrínseca del bitcoin se traduce en movimientos de precios en las acciones, atrayendo así a fondos de cobertura que buscan capitalizar esas fluctuaciones.
A pesar de la aparente atracción de este modelo, es crucial destacar que la operación de Twenty One Capital podría diluir el interés de los accionistas tradicionales, quienes podrían ver su participación en la empresa disminuir en términos relativos.
La firma reporta métricas como BTC Yield y BTC Gain, que sugieren que la proporción de bitcoins en relación al número de acciones emitidas está en aumento. Sin embargo, la ganancia por acción sigue siendo el indicador más relevante para los accionistas, dado que representa el efectivo disponible una vez descontados los pagos a acreedores.
El atractivo inmediato de la inversión de SoftBank es notable. Según una presentación de la compañía, está adquiriendo de Twenty One a Tether, por un valor equivalente a 10.500 acciones bitcoins, o aproximadamente U$S 891 millones, a un precio promedio de U$S 84.864 por bitcoin.
Si Twenty One logra cotizar con una prima similar a la de MicroStrategy, estas acciones podrían alcanzar un valor cercano a los U$S 1.700 millones. Sin embargo, esta perspectiva optimista se encuentra en un contexto de alta volatilidad, donde el riesgo de una caída abrupta en el valor de las criptomonedas es palpable.
Además, el hecho de que el acuerdo involucra una SPAC añade una capa de complejidad. Históricamente, muchas de estas empresas han tenido un rendimiento por debajo de sus precios de debut, con un índice que ha caído un 80% en los últimos tres años. Esto plantea la pregunta sobre la viabilidad a largo plazo de Twenty One Capital y la estrategia que SoftBank está implementando al sumergirse en un mercado tan volátil.
La reciente alianza de SoftBank con Cantor Fitzgerald y otros actores del sector cripto demuestra que, a pesar de los riesgos, existe un fuerte interés en explorar las oportunidades que ofrece el mercado de las criptomonedas. Aunque el optimismo de SoftBank es conocido, la realidad del mercado puede ser implacable. “La realidad muchas veces sí”, señala la información sobre el contexto actual del sector.
En conclusión, la apuesta de SoftBank por Twenty One Capital es un reflejo de su estrategia audaz, pero también exponen a los inversores a la volatilidad propia del mercado cripto. Con más de U$S 3.600 millones en juego, el futuro de esta inversión no solo depende de la habilidad de la empresa para navegar en un entorno cambiante, sino también de la evolución del propio mercado de criptomonedas.
¿Podrá esta jugada arriesgada convertirse en un éxito rotundo, o será simplemente un nuevo capítulo en la historia de inversiones fallidas del gigante japonés? El tiempo lo dirá.